Españoles: Mari Trini ha muerto. La mujer de excepción que ante Dios y la Historia asumió la inmensa responsabilidad del más exigente y sacrificado servicio a la música española ha entregado su vida, quemada día a día, hora a hora, en el cumplimiento de una misión trascendental. Yo sé que en estos momentos mi voz llegará a vuestros hogares entrecortada y confundida por el murmullo de vuestros sollozos y vuestras plegarias. Es natural: es el llanto de España, que siente como nunca la angustia infinita de su orfandad; es la hora del dolor y la tristeza, pero no es la hora del abatimiento ni de la deseperanza.
Es cierto que Mari Trini, la que durante tantos años fue nuestra Superstar, ya no está con nosotros, pero nos deja su obra, nos queda su ejemplo, nos lega una carrera histórica de inexcusable cumplimiento. Porque fui testigo de su última jornada de trabajo, cuando ya la muerte había hecho presa en su corazón, puedo aseguraros que para vosotros y para España fue su último pensamiento, plasmado en este mensaje con que nuestra Superstar se despide de esta España a la que tanto quiso y tan apasionadamente sirvió:
"Ahí va eso".
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