jueves, 12 de marzo de 2009

¿Quién vigila a los Watchmen?

Como buen currante que soy, el día del espectador es uno de los pocos en los que me puedo permitir ir al cine. Aún así, en tiempos de crisis, 5,50 € duelen bastante. ¿Cultura asequible? ¿A quién le importa?

"Watchmen" es una de esas películas que probablemente no hubiera ido a ver jamás. Uno ya está cansado de superhéroes, de remakes, secuelas, precuelas y demás. Pero por hache o por b, he acabado en la sala 10.

-¿Vamos el miércoles al cine?
-¿A ver qué?
-"Watchmen".
-Venga, por qué no.

Es lo que tiene ser un chico fácil (chicas, tomad nota).

Lo bueno de no conocer casi nada de la historia y tener ciertos prejuicios contra las películas de superhéroes es que la sorpresa es mayor. Hacía tiempo que una película no me sorprendía y "Watchmen" lo ha conseguido, además, de manera muy grata. Los diálogos sublimes, los efectos visuales perfectos, el argumento presumiblemente sencillo convertido en algo terriblemente complejo y elaborado. A destacar también la banda sonora, que incluye un viejo éxito de Simon & Garfunkel, "The Sound of Silence", que me ha tocado el alma. Es una de los pocas veces que no voy a echar de menos mis 5,50 €.

¿Algo en contra? Quizás su excesiva duración. A las dos horas el mono ya empezaba a aparecer (es lo malo de ser cinéfilo y fumador), pero hay que entender que, aunque mucho metraje era totalmente innecesario, es lo que hace de esta película una obra de arte, el conjunto. También es criticable la aparición continua de los genitales del Dr. Manhattan. Si algo hemos aprendido es que los mutantes azules de mirada perdida también tienen pene. Enhorabuena. Pero visto una vez, no hacía falta recordarlo a cada minuto. No me tomen por un puritano, pero la gratuituidad no es uno de mis fuertes. Por suerte, se ha optado por taparle las vergüenzas cuando aparece convertido en gigante en la Guerra del Vietnam. Imagínense al mutante matando vietnamitas a pollazos (aquí es donde acaba mi elegancia escribiendo).

Hablando de guerras, me ha resultado curiosa la reescritura de la historia reciente de Estados Unidos. Parece ser que no han tenido bastante con el Dr. Manhattan que han tenido que ponerle un pene en la nariz a Nixon para que los espectadores no se aburrieran en los momentos más políticos del film.

No hay comentarios:

Publicar un comentario