domingo, 15 de marzo de 2009

Dollhouse. ¿Casa de muñecas o de pu*as?

Personalmente, me cuesta mucho encontrar series nuevas a las que engancharme. No soy de ese tipo de gente que necesita devorar todas y cada una de las novedades que aparecen en el mundo mundial. Normalmente no suelo pasar del piloto, pero le he dado una oportunidad a Dollhouse.

El argumento se basa en la existencia de una empresa ultrasecreta con clientes muy selectos que tiene en su propiedad a ciertos individuos que, voluntariamente, decidieron eliminar todos sus recuerdos para convertirse en simples muñecos andantes. Cuando un cliente los necesita, se les inserta una personalidad y recuerdos basados en alguien real. Así, cuando necesitan cumplir una misión, realmente creen que son la persona que se les ha asignado ser. Las misiones pueden ir desde robar obras de arte hasta convertirse en la mejor amante de algún millonario aburrido cansado de llevarse a la cama chicas de compañía que fingen ser lo que no son.

La protagonista, Echo (a.k.a. Caroline), demuestra ser una de las mejores y se le empieza a asignar misiones de alto riesgo. De vez en cuando le entra el tabardillo (?) y tiene sus lapsus, pero aún así siempre sale adelante. Un agente del F.B.I. no cesa de buscarla, pues tiene pruebas de que si encuentra a Echo, encontrará Dollhouse, sabiendo que la existencia de esta empresa es algo más que un rumor.

En definitivas cuentas, vale la pena ver esta serie que, aunque no sea una maravilla, entretiene y no se hace nada monótona. Da bastante juego el hecho de que en cada capítulo la protagonista se convierta en alguien diferente y, por lo tanto, las misiones sean variadas y de diferentes géneros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario