domingo, 22 de marzo de 2009

Carta al Papa

Queridísima Santidad:

Le escribo la presente carta para mostrarle mi opinión sobre sus últimas declaraciones en Camerún. Según usted, "la distribución de preservativos en África no soluciona el problema del S.I.D.A., sino al contrario, lo aumenta". Muy lógico, Santidad. Aunque no sé de qué me extraño, teniendo en cuenta el tipo de ideología extremista que su religión promueve.

África (como el resto de continentes) tiene ganas de follar y lo hará con o sin preservativo, téngalo claro. Dios nos ha dado la capacidad de sufrir, pero también la de sentir placer. La parte positiva de la vida no tendría sentido sin la negativa y, por el contrario, la parte negativa no tendría sentido sin la positiva. Es el equilibrio el que hace que valoremos lo bueno y aprendamos de lo malo.

Ustedes promueven el sexo únicamente como método de reproducción. ¡Perfecto! Eso es exactamente lo que África necesita, más bocas a las que alimentar en un continente con cada vez menos recursos. ¿No se da cuenta de lo ridículos que están siendo? No me diga que usted no lo ha practicado ninguna vez. ¿Ni siquiera una pajilla? Entonces no sabe lo que es estar cerca de Dios.

A pesar de todo, yo también soy creyente. Como lo oye. Aunque no soy religioso. Creo en Dios, pero en el Dios bondadoso, el Dios que quiere que seamos felices y sintamos el placer por el placer, el Dios que nos susurra al oído en cada orgasmo y nos dice: "Aquí tienes la prueba de que existo". Por favor, dejen a la gente ser felices y cesen de darnos por culo. Eso sí, con preservativo, por favor.

Muy atentamente, el hijo bastardo de Dios.

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