Lectores de este blog, me honra de orgullo y satisfacción felicitarles en estas fiestas tan señaladas de bondad, amor y paz. Como todo el ladrillo que toca a continuación ya se lo saben de carrerilla, vamos a pasar directamente a introducir una pequeña modificación en este mensaje navideño tan propio de esta época (el que quiera mensajes navideños en agosto, que no siga leyendo). Seguidamente, procedo a proponerles una serie de consejos e ideas para sobrevivir a la crisis en estas fechas.
-Coja a su hijo/a, prepare un pañuelo y siéntelo en su regazo. Explíquele que la crisis también ha llegado a Oriente y, este año más que nunca, los regalos no van a ser tan espléndidos. En lugar de una bicicleta, cómprele un bonobús, en lugar de una Barbie, cómprele su homóloga made in China (preséntela como su amiga internacional), en lugar de un ordenador, papel y lápiz y, en lugar de una consola, un balón para que salga a jugar a la calle si su fobia a la luz solar aún no es irreversible. A continuación, séquele las lágrimas con el pañuelo.
-Ofrezca menús económicos. Vaya al supermercado y fíjese qué productos caducan ese mismo día. Espere pacientemente a la hora de cierre y esos productos aparecerán en el contenedor más cercano como por arte de magia. Llévese un palo para combatir con posibles rivales, que no son pocos (la cosa está muy mal).
-Hagan un pacto entre los adultos de su familia para no regalarse entre ustedes. El "yo no te regalo y tú no me regalas" ahorra dinero y dramas por no acertar.
Y eso es todo. Sí, ya lo sé, esta vez no me he esmerado demasiado, pero la Navidad actúa en mí como... ¿cómo sería el contrario de una musa? Pues eso, felices fiestas a todos de parte de S.M. King of Suth.
-Coja a su hijo/a, prepare un pañuelo y siéntelo en su regazo. Explíquele que la crisis también ha llegado a Oriente y, este año más que nunca, los regalos no van a ser tan espléndidos. En lugar de una bicicleta, cómprele un bonobús, en lugar de una Barbie, cómprele su homóloga made in China (preséntela como su amiga internacional), en lugar de un ordenador, papel y lápiz y, en lugar de una consola, un balón para que salga a jugar a la calle si su fobia a la luz solar aún no es irreversible. A continuación, séquele las lágrimas con el pañuelo.
-Ofrezca menús económicos. Vaya al supermercado y fíjese qué productos caducan ese mismo día. Espere pacientemente a la hora de cierre y esos productos aparecerán en el contenedor más cercano como por arte de magia. Llévese un palo para combatir con posibles rivales, que no son pocos (la cosa está muy mal).
-Hagan un pacto entre los adultos de su familia para no regalarse entre ustedes. El "yo no te regalo y tú no me regalas" ahorra dinero y dramas por no acertar.
Y eso es todo. Sí, ya lo sé, esta vez no me he esmerado demasiado, pero la Navidad actúa en mí como... ¿cómo sería el contrario de una musa? Pues eso, felices fiestas a todos de parte de S.M. King of Suth.
S.M. King tiene razón, efectivamente y como siempre, excepto en el apartado adultos (yo no te regalo y tú a mi tampoco), puesto que por propia experiencia debo decir que la cosa al final acaba siendo: "buenooo, al menos un detallito, aunque sea de la tienda de los chinos". Total, que te acabas gastando lo mismo que otros años o más, porque la decisión se toma a última hora y encima debes encargar las compras a tu madre, hermana, o la vecina del quinto, y pagarle comisión, ¡ostras, joder!
ResponderEliminarEn fin, que total, la navidad es la excusa para gastar en nombre del amor.
Felices fiestas xatu!!!!