Sí, se acerca la Navidad. Es inevitable. En épocas como esta es difícil encontrar inspiración para escribir entre tanta luz parpadeante y frío polar. Por eso siempre se agradecen ideas y propuestas. Esta mañana, antes de entrar a trabajar, no se hablaba de otra cosa. España está paralizada. El Universo, tal y como lo conocemos, ha cambiado. Y no hay marcha atrás. Mientras sostenía un diario, todos teníamos algo que comentar sobre las fotografías que frente a nosotros se hallaban. Una compañera, que a veces "sobrevuela" este espacio, me ha dicho: "Esto se merece una entrada". Dicho y hecho.
¿Lo han adivinado? La noticia de la semana: la nueva cara de Belén Esteban. La revista "Lecturas", donde se han publicado las primeras fotografías en exclusiva, ha tenido que lanzar una nueva edición, puesto que sus 400,000 ejemplares iniciales han volado de los quioscos. Nunca una operación dio tanto que hablar desde la "Tormenta del Desierto".
Que si no parece ella, que si le han quitado la personalidad, etcétera, etcétera. Pero para comentar con más propiedad, he tenido que sacrificar parte de mi vida y mis principios. Y aquí me encuentro, medio zombie tras aguantar los primeros veinte minutos de entrevista a la princesa del pueblo en el programa "Sálvame Deluxe". ¿Veredicto? No era para tanto (no tenían suficiente con la cirugía, que le han tenido que añadir "kilos" y "kilos" de Photoshop). La chica ha mejorado, pero sigue siendo ella. El cirujano (aparte de asegurarse su jubilación) ha conseguido un buen trabajo en las bolsas de los ojos, pero sólo encuentro una palabra para definir esa nariz. Inquietante. Muy inquietante.
Ahora tocaría un parrafito sobre los valores de la sociedad y el peso que la apariencia exterior ejerce sobre ella, pero no me da la gana de ponerme demasiado espléndido sobre el tema. Resumiendo: que cada uno haga lo que le salga del horcate con su cuerpo, que yo haré lo propio con el mío. Pero eso sí, la autoestima es mucho más poderosa que cualquier bisturí.
Ay, king, y es que nunca me defraudas, te daría miles de besos cuando te veo, pero sabes que he de guardar las apariencias, mi reputación -intachable- he de seguir manteniéndola igual, y más ante tu prometida, que no sabe lo que es una entrada, o si lo sabe, lo confunde con la salida. Pero mis pensamientos lascivos (uy! que se me va la olla, y es que vuelvo de cena entre amigos, ya sabes, copa de vino...) me da que pensar que cada vez me gustan más tus historias. Y es que querido, me haces reír, y esto hace mucho tiempo que nadie lo había conseguido.
ResponderEliminarBesuus xato!!
Y que sigo esperando más capítulos de Mercadona, incluyendo de BBQ story...
Ah! me olvidaba... qué inquietante esa nariz, bien cierto.
ResponderEliminarY qué miedo me da...
Y si me opero yo????
Al menos tú y yo sabemos que este es un lugar seguro donde mi prometida difícilmente meterá las narices. Por cierto, la entrada sobre el otro tema que hablamos está tomando forma. Muy pronto podrás leerla. Todo empezó en Penitence...
ResponderEliminarAyyyyy, que ya siento un orgas... anticipadooo!!!
ResponderEliminar